sábado, 21 de noviembre de 2009

Quiero Ser Como Obama

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QUIERO SER COMO OBAMA

Basado en el articulo de RAFAEL RUBIO NÚÑEZ

En el mundo se ha generado una Obamamanía, la campaña electoral que genero el actual presidente de los Estados Unidos es envidiada en todo el mundo, y todos quieren repetir la ola de entusiasmo generada por él, todos quieren conseguir poder llegar a millones de personas. La abundante cobertura informativa de las recientes elecciones norteamericanas ha coincidido en destacar el uso que la campaña de Barack Obama ha hecho de las nuevas tecnologías, como el elemento clave de su “sorprendente” victoria. Y todos señalan a las redes sociales como el auténtico triunfador del proceso.



Es tal la pasión levantada por el nuevo presidente norteamericano que en el mundo del marketing se empieza a hablar de “un Obama”, un producto mágico capaz de aumentar las ventas, los votos, o lo que se le ponga por delante. Convencidos de golpe de la eficacia de las nuevas tecnologías, proclaman a Barack Obama su descubridor y se apresuran a anunciar el corta y pega de las herramientas de la victoria, como si estas se bastaran por sí solas, como si no les hiciera falta instalación ni libro de instrucciones. Es tan llamativo el contraste que sólo nos quedaría reconocer nuestra condición “visionaria”, o proclamar que en lo que afecta a la tecnología, vivimos instalados en la “revolución permanente”. La ingesta sin receta de estas soluciones supondrá una oportunidad perdida para la mejora de las campañas electorales en nuestro país y, en último término, para la democracia”.

¿LA PRIMERA CAMPAÑA DEL SIGLO XXI?

Aplicaciones como Youtube, Facebook o Twitter han aparecido en el escenario y se han incorporado con naturalidad al día a día de la gente, empezando a proporcionar resultados políticos. Hoy el 95% de las conexiones a Internet en Estados Unidos que supone:

• 55% de la población tiene acceso a través de banda ancha
• Sólo el 15% de la población se manifiesta totalmente ajena al uso de Internet (off-line)
• Mientras que el 30% lo utiliza de manera muy activa.



Las mejoras experimentadas y los casos de éxito de los últimos cuatro años han hecho que algunos autores se hayan preguntado si estamos ante la primera campaña del siglo XXI o la última del siglo XX. Aunque el metodo es “nuevo” la revolucion en tecnicas no lo es en la historia d elos Estado Unidos, también en la campaña de 1836 con William Henry Harrison, el cuel fue el primer candidato en hacer giras por el país, con Woodrow Wilson al utlizar por vez primera la radio, al igual que Eisenhower y Kennedy. Aquellos que lograron adaptar al medio su forma de hacer política salieron triunfadores.

NECESARIO PERO NO SUFICIENTE

No hay duda de que nos encontramos ante una nueva “revolución” electoral. La pregunta es en qué fase de la revolución nos encontramos. Estos datos nos dan una pista: Obama gastó 350 millones de dólares en anuncios televisivos frente a los 135 millones de la campaña de McCain, en torno a la mitad del presupuesto de la campaña. El total del gasto de ambas campañas en televisión fue de 485 millones de dólares. El gasto conjunto en nuevas tecnologías de ambas campañas no supera los 32 millones de dólares. El 29% vio anuncios online, visitó la página web o recibió correos electrónicos de la campaña de Obama; el porcentaje se reduce a un 13% si hablamos de la campaña republicana.

• Sin Internet Barack Obama no habría sido capaz de abandonar el anonimato que le confundía entre los rivales de Hillary Clinton y convertirse en su principal rival.
• Sin las nuevas tecnologías Obama no habría conseguido movilizar a los millones de personas que vencieron al Partido Republicano durante las 72 horas previas a la celebración de las elecciones.
• Su gran acierto ha sido saber entender la tecnología y el contexto en el que se desarrolla, ponerla al servicio de la estrategia y convertirla en el eje sobre el que descansaba toda su campaña electoral.



La conclusión inicial sería que las elecciones aún no se ganan en Internet, pero sin el uso inteligente de las nuevas tecnologías es imposible ganar unas elecciones. Aquel que sepa utilizar las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para crear opinión pública, movilizar activistas y lograr financiación donde sea posible, gozará de una ventaja prácticamente definitiva.

¿NUEVAS? TECNOLOGÍAS

Una mirada mas detenida nos hace darnos cuenta que las herramientas utilizadas en la campaña del candidato Demócrata no son si no las mismas aplicaciones, las mas populares en la red, en su mayor parte gratuitas, en una nueva versión, revisada y mejorada de las utilizadas ya por otros candidatos antes que él. Aunque la manera en que fue creada y manejada la información creo la gran diferencia:

• El 29% de sus votantes visitaron la web de Obama y el mismo porcentaje vio algún anuncio online de la campaña, mientras que en el caso de McCain el porcentaje en uno y otro caso no sobrepasa el 10%.
• En Facebook al celebrarse las elecciones Obama tenía alrededor de 3 millones de partidarios frente a los 600.000 de McCain.
• Myspace, frente a los 700.000 del demócrata, McCain sólo alcanzaba 175.000
• Twitter, donde sus dos canales, “ObamaNews” y “BarackObama”, eran seguidos por más de 100.000 personas17 frente a los 2.500 de McCain.
• En Youtube, Obama tiene 1.824 vídeos, 144.615 suscriptores y más de 110 millones de vídeos vistos, frente a los 380 vídeos que aparecen en el canal de John McCain, que cuenta con 28.904 suscriptores y 28 millones de vídeos. (Las 14.5 millones de horas empleadas por los ciudadanos en ver el canal de Youtube de Obama tendría un valor de 49 millones de dólares, mientras que el canal de McCain no superaría el millón y medio)



Podemos concluir que la diferencia no se encuentra en el desarrollo tecnológico sino que, como señalaba la que fuera directora de la campaña online de Howard Dean, Zephyr Teachout, el éxito de la campaña se encuentra en la integración de todas las herramientas en un mismo entorno, convirtiendo “un conjunto desordenado de herramientas en una auténtica máquina electoral”.

MANERAS DE GANAR, MANERAS DE PERDER… MANERAS DE VIVIR

No sería correcto atribuir las enormes diferencias observadas a una brecha tecnológica entre el Partido Demócrata y el Republicano. La diferencia va mucho más allá y se encuentra en la mentalidad con la que ambos afrontaron la campaña, en la manera totalmente distinta de entender la campaña electoral, y quizás la política. Como comentaba Joe Trippi, mientras unos “estaban diciendo yes, we can,

Hillary/McCain les decían no te necesito”.

Obama entendió, al contrario que McCain, que las nuevas tecnologías eran el medio imprescindible para lograr el objetivo de la campaña: convertir a los ciudadanos en sus principales protagonistas. Frente al modelo tradicional de campaña disciplinada donde los consultores políticos controlan el mensaje y la organización, Obama planteó desde el principio un modelo de co-opting con sus “clientes” utilizando las distintas herramientas participativas que se pueden encontrar en Internet, y sustituyendo la comunicación unidireccional por la comunicación bidireccional entre unos y otros. Así construyó una campaña persona a persona, desde las bases, de fuente abierta, con contenidos generados por sus activistas. Obama no perdía ocasión para recalcarlo: “esta campaña no es sobre mí, es sobre vosotros”, y así se podía ver, incluso gráficamente. La narrativa de esta campaña, su historia era la suma de las historias de sus voluntarios, cuya creatividad y entusiasmo se manifestaba de distintas formas. Esta vez el mensaje no era sólo el candidato, sino toda su campaña.

EL SECRETO ESTÁ EN LA RED… SOCIAL, POR SUPUESTO

La red social de la campaña de Obama se distingue de otras redes sociales que hasta el momento se habían utilizado en política. Estas redes permiten transmitir el mensaje “al oído” del ciudadano, a través de su círculo de confianza; su extensión y la fidelización de sus usuarios las convierten en un instrumento útil de comunicación. Su secreto no fue el de ser capaz de aglutinar a millones de personas en torno a una red social, sino el de ser capaz de transformar esta red social en una máquina de acción social, construyendo una campaña de “ratón (de ordenador) y suela de zapatos” TEJIENDO LA RED Obama optó por ir involucrando a las personas de manera individual, siguiendo el modelo que ya hemos comentado, y construyó su campaña en el uno más uno, desarrollando relaciones con cada uno de ellos, facilitando la relación de todos ellos entre sí y promoviendo la relación de todos con las personas de su alrededor, los futuros votantes.



Obama contaba con su experiencia como organizador comunitario, desarrollada durante años en las calles de Chicago, quizás por eso desde el principio utilizó las dinámicas de su trabajo de calle: escuchar los problemas, unir intereses, entusiasmo, vinculación, actividad, compromiso, etc., aplicándolo al mundo de Internet, gracias a las TIC, las técnicas aprendidas en los barrios de Chicago dieron lugar una movilización nacional (o casi global). Supo valorar desde el principio el potencial de este movimiento y comenzar su campaña apelando a esos miles de personas movilizadas políticamente. Semejante movilización produjo resultados de voto extraordinarios, según una encuesta postelectoral de Greensberg, Quinlan y Rosean: el 18% de los votantes recibieron la visita de un voluntario de Obama en su casa, por sólo un 5% que recibieron un voluntario de McCain; un 35% recibió llamadas del equipo de campaña de Obama, frente a un 27% que lo hizo de McCain. Y, lo que es más importante, un 41% de los que finalmente votaron por Obama fueron contactados por un amigo, un vecino o un compañero de trabajo para pedirles su voto por el candidato demócrata.

REDES SOCIALES… PERSONALES, HUMANAS

El entusiasmo provenía de la historia y el carácter del candidato, pero también de la forma elegida para contarlo. Desde el inicio la campaña hizo suyo el principio según el cual en un momento en el que el conocimiento está rompiendo todas las barreras nos encontramos inmersos en la sociedad de la atracción. Todo el material producido por la campaña iba más allá de la información, buscaba inspirar, convencer a la gente, apelando “a la parte derecha del cerebro, separándose radicalmente de las últimas campañas demócratas centradas en vender conceptos y políticas”.



El discurso de la campaña se construía en función de los valores, apelando a las motivaciones más nobles, inspirando emocionalmente, una constante de todos los discursos de Obama; no en vano la propia red social, emulando a un sistema operativo, se presentaba a sí misma como “impulsada por la esperanza”. De esta manera, conjugando la ilusión, la vinculación y la acción, gracias a la conjunción de la tecnología y el ingenio humano, la campaña logró contar con un grupo amplísimo, más de 2 millones de colaboradores motivados, una fuerza llena de energía y vitalidad, casi autónoma y repleta de creatividad, algo que ninguna otra campaña hubiera podido conseguir por falta de tiempo, dinero, staff o todo lo anterior a la vez.

LEER ANTES DE COPIAR

Tras nuestro análisis podríamos decretar el empate (entre si es la última del siglo XX o la primera del siglo XXI) y declarar ésta como la campaña de la transición, una campaña en que las nuevas tecnologías han marcado realmente la diferencia. La clave no son las herramientas sino el mensaje y su audiencia. La red social nace del propio concepto de la comunicación. Quizás la más importante es que las redes sociales no se pueden construir de la nada, ni siquiera con carisma y dinero, sus resultados no se pueden medir con las complejas herramientas de medición online, sino que pasan por la posibilidad de involucrar a la gente en la vida política. Quien sea capaz de consolidar una red social de estas características, más allá de la popularidad momentánea que pueda suponer, podrá dirigir su mensaje, que llegará de manera directa a los miembros de la red.